Virgen de la Altagracia, símbolo de esperanza

La imagen de Nuestra Señora de la Altagracia tuvo el privilegio de haber sido coronada dos veces, y según creyentes ha hecho varias apariciones y milagros en el país.

Los católicos reconocen a la virgen de la Altagracia como madre espiritual del pueblo dominicano y elevan una oración para que interceda por él ante el Dios todo poderoso. La autoridades también rinden honor a la madre de jesús en un homenaje que se realiza cada 21 de enero.

Es por esta razón, que en República Dominicana cada 21 de enero cientos de feligreses católicos celebran el día de la Virgen de la Altagracia, quien fue decretada “protectora del pueblo dominicano” por el presidente Horacio Vásquez.
Los devotos de la Virgen de la Altagracia, o tatica como también suelen llamarla, realizan caminatas a pie para llegar a la Basílica de Higüey en forma de agradecimiento, por favores concedidos.

Muchos de los altagracianos prometen a la virgen oír una misa o llegar de rodillas al templo en espera de que le sea concedido un deseo. Los feligreses suelen pedir diversos favores que van desde salud, estabilidad, hasta favores materiales.El sociólogo Dagoberto Tejeda explica que en la zona Este muchos hacendados ofrecen toros a la virgen como agradecimiento por tener un ganado saludable.

Con respecto a la procedencia de la Virgen son muchas las anécdotas que se tienen, según se cree la imagen de la Altagracia llegó a Higüey de la mano de los hermanos Alonso y Antonio de Trejo, quienes venían de Placencia en España, a trabajar el azúcar en la isla, se instalaron en Higüey y trajeron consigo, desde su país, un lienzo con la imagen de la Virgen de la Altagracia, la cual cedieron a la parroquia de la provincia para que todos la veneraran.

Otra leyenda que es muy conocida por los niños y que se les enseña en catequesis, cuenta que la devota hija de un rico mercader pidió a este que le trajese de Santo Domingo un cuadro de Nuestra Señora de la Altagracia. El padre trató inútilmente de conseguirlo por todas partes; ni clérigos ni negociantes, nadie había oído hablar de esa advocación mariana. Ya de vuelta a Higüey, el comerciante decidió pasar la noche en una casa amiga. En la sobremesa, apenado por la frustración que sentiría su hija cuando le viera llegar con las manos vacías, compartió su tristeza con los presentes relatándoles su infructuosa búsqueda.

Mientras hablaba, un hombre de edad avanzada y largas barbas, que también iba de paso, sacó de su bolsa un pequeño lienzo enrollado y se lo entregó al mercader diciéndole: "Esto es lo que usted busca". Era la Virgen de la Altagracia.

Durante muchos años la celebración a la Virgen de la Altagracia se realizaba el 15 de agosto, sin embargo Monseñor Arturo de Meriño, Arzobispo de Santo Domingo, pidió a la Santa Sede la concesión de Oficio Divino y Misa Propia para el día de la Virgen de la Altagracia, además solicitó que la festividad fuera los 21 de enero, ya que los 15 de agosto en la Iglesia Católica se celebraba el Misterio de la Asunción de la Virgen a los Cielos. La petición fue aprobada y se declaró el 21 de enero como día no laborable y de fiesta nacional.

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